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Consejos para superar la prueba oral

La prueba oral [Vía: http://www.oposicion-secundaria.com/como-prepararse.html]

La parte de la exposición ante el tribunal es la más importante y decisiva, pues siempre es la última, quedando ya muy pocos opositores y estando la adjudicación de la plaza ya muy cercana.

Pese a que el opositor habrá sido llamado por su nombre, es conveniente, sin embargo, que se dé los buenos días o buenas tardes al tribunal, que se presente (nombre y apellidos) y que diga el tema que ha elegido al azar entre las opciones del examen.

A continuación es muy conveniente que el opositor explicite brevemente las partes en las que va a desarrollar su exposición, glosándolas escuetamente. Esto sirve, además de para dar la impresión de sistematicidad, también para aplacar los nervios, que suelen dominar particularmente en los primeros momentos de la exposición oral.

Es necesario hablar con firmeza, procurando vencer los nervios y la timidez. La voz debe ser clara y fuerte (aunque sin gritar), evitar muletillas lingüísticas, mirar frecuentemente a todos y cada uno de los miembros del tribunal, pronunciar y vocalizar adecuadamente. Hay que evitar las precipitaciones o hablar muy deprisa, pero también excesivamente despacio (no podrá decir todo lo que sabe; aburrirá al tribunal).

Es absolutamente imprescindible que en la mesita donde se sienta el opositor tenga delante de sí, y no en la muñeca, su reloj, a ser posible con cronómetro y, todavía mejor, con un cronómetro en orden inverso, para saber en todo momento el tiempo que resta para acabar la exposición, sin tener que andar haciendo cálculos de tiempo sobre la marcha, pues perderá el tiempo y se pondrá todavía más nervioso.

Es absolutamente normal estar nervioso ante un tribunal que se dispone a examinar y enjuiciar la exposición. Lo importante es, pues, no empeñarse en no estar nervioso, pues eso no siempre es posible, e incluso puede redundar en ponerse todavía más nervioso. Una parte de la preparación de la oposición consistirá en controlar los propios nervios.

Normalmente los exámenes de oposiciones en Secundaria se realizan en verano, en concreto en los meses de junio y julio. Hay que tener en cuenta que, por norma general, las aulas donde se desarrollan las exposiciones orales son aulas de clases de alumnos de instituto y que no están dotadas de aire acondicionado. Esto significa que hará mucho calor. Es necesario tener esto muy presente a la hora de elegir la ropa: debe ser muy ligera, pero digna. El color debe ser claro, pues controla la sudoración mejor que los colores oscuros. Pero, si pese a eso, se prevé que se va a sudar (hay que hacer pruebas anteriores en condiciones similares), entonces es conveniente usar una ropa de color oscuro: aunque se sude, al menos no se verá, lo que siempre es desagradable.

En cuanto al tiempo, el opositor dispone de una hora y media para su exposición. En ese tiempo deberá realizar su exposición y también concretar su propuesta didáctica (unidad didáctica o unidad de trabajo). Lo usual es que dedique unos 30 minutos a la defensa de la programación, y una hora para la exposición y el debate con el tribunal. Puede variar un poco más o un poco menos, pero alrededor de esa temporalización deberá girar el tiempo de la exposición. Hay que ajustarse estrictamente al tiempo del que se dispone, aunque siempre es mejor pasarse en unos pocos minutos (con tal de no dejar nada importante por decir, pues el tribunal puede indicar al opositor que su tiempo ha finalizado) que quedarse corto, pues esto denota que ya no se tiene nada más que decir.

A los miembros del tribunal nunca se les tuteará, aunque se conozca a algunos de sus miembros. La excesiva familiaridad que eso conlleva no redunda en nada bueno para el opositor, sino todo lo contrario.

Si el opositor necesita o cree conveniente utilizar la pizarra, deberá comprobar previamente que los miembros del tribunal no están sentados de espaldas o junto a la misma. Si quiere utilizar la pizarra, el opositor nunca dará la espalda al tribunal, sino que se situará exactamente de perfil respecto a la pizarra, moviéndose hacia adelante o hacia atrás, al mismo tiempo que, con giros de cabeza, mira tanto al tribunal como a la pizarra. El no dar la espalda no es únicamente por un motivo de buena educación, sino también para que no se «distraiga» el tribunal, ya que es necesario llamar su atención en todo momento.

Aunque normalmente las preguntas que hagan los miembros del tribunal después de la exposición del aspirante estarán directamente relacionadas con lo que éste acaba de exponer, a veces, no suele ser así. La capacidad de improvisar, así como el bagaje cultural del opositor le podrán sacar del apuro. En todo caso, es necesario dejar hablar al tribunal, y no interrumpirle mientras realiza la pregunta o hace un comentario. A veces, escuchando atentamente, encontraremos las claves para una respuesta adecuada. No obstante, lo mejor, sin duda, es dominar bien el tema y que éste sea exhaustivo en todo lo que el título del mismo pretende reflejar.

Pensamos que los materiales que ofrece Editorial MAD cumplen de sobra con este criterio, pues han sido redactados por reconocidos especialistas en sus respectivas materias, poseen un currículo intelectual verdaderamente envidiable y tienen una amplísima experiencia en la preparación de opositores, por lo que saben plantear adecuadamente lo que se solicita del opositor en cada tema y el mejor modo de abordarlo. Se trata, en definitiva, de temarios ampliamente probados ante los tribunales, con extraordinarios resultados.

Finalmente, hay que tener en cuenta que es muy conveniente evitar una exposición «lineal» y monótona, y también que hay que terminar con algo que impacte o guste especialmente al tribunal, aunque deben evitarse todas las extravagancias.

Como se observará, en los temarios que Editorial MAD ofrece se encuentra recogido ampliamente todo lo que el opositor debe decir, e incluso se proporciona bastante material «de sobra»; por ello es conveniente que el opositor seleccione lo que de hecho va a poder explicar. También encontrará el opositor abundante y selecta información que usualmente no está contenida en muchos temarios de estas oposiciones, que, como muchos saben, no suelen tener una gran calidad.

Precisamente es esta apuesta por el rigor, la claridad y la alta calidad lo que caracteriza a todas las publicaciones de la oposición al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria que Editorial MAD ofrece.

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